domingo, julio 11, 2010

La Nada...

La nada en mis adentros, antes apacible, dormida o quizás esperando el momento preciso para lanzar su ataque; ahora se me presenta como un depredador feroz, un león voraz que con zarpazos letales y mordiscos indoloros me despedaza, me quita sentimientos, tanto de felicidad y alegría, como de tristeza y soledad;  y reemplaza aquellas cosas que me llenaban, no hace ya algunas horas, con un vacío impenetrable, ningún pensamiento, sueño o deseo le hace mella alguna, es invencible, lo sabe y se jacta de ello.

La nada es en cierta forma como el amor, el cáncer, el odio, la depresión, la vida, el sida, la muerte de un hijo o la propia; no sabes lo que se siente hasta que la experimentas; todo pierde importancia, los colores, aunque perceptibles todavía, adquieren un ligero tono gris deprimente; todos los eventos sociales, las responsabilidades se asumen con un sentimiento infalible, invulnerable e imperfectamente perfecto de despreocupación. Ya resulta sin cuidado lo que una o todas las personas en tu casa, tu ciudad, tu región, tu país, tu continente, tu hemisferio, tu mundo, tu sistema solar, tu galaxia, tu universo, piensen de ti, si te aman, si te odian, si les resultas indiferente, es lo mismo, da igual.

Es algo completamente fútil e inútil luchar contra ella, nada la hará retroceder, ningún esfuerzo la hará detenerse, ya se puso en movimiento, ya es imparable, lo único que puede destruirla, es el óbito, bien sea auto-infligido o por las vueltas de la vida, las únicas armas que le harán frente, son, un revólver .38, un soga de 4 mts o más, una hoja bien afilada; o un frasco de pastillas, una botella de vino y "Satisfied Man" y "Hallellujah", cantadas ambas por Jeff Buckley, ésta opción y sus pertinentes variantes, son el camino en muchas oportunidades usado, por los osados y los cobardes por igual.

Los valientes, que aunque con un miedo a la muerte, deciden dar lucha sin cuartel, y no rendir sus cuerpos a la vacía nada, el enemigo invasor y arrollador.

Los cobardes, que tienen tanto miedo de vivir enfrascados en una lucha encarnizada, con un enemigo sanguinario y terminan optando por correr a los dulces e implacables brazos de acero de la muerte.

Un sueño desechado, una realidad abrazada.

Un demonio de ojos de fuego, vertiendo lágrimas de napalm, las cuales, mientras camina, dejan a su paso un rastro de fuego, una alfombra roja que reduce todo lo que toca  a cenizas, hasta la materia más pura, la esencia de la vida, se convierte en nada más que ascuas; pensándolo bien, más que un camino de fuego es un camino del más mortífero y fatal fenómeno, pues hasta la misma parca, la, hasta este momento, invulnerable muerte,  se rinde a sus bordes.
Este demonio de cabeza de chacal, colmillos de león, cuerpo de centauro, cola de toro y garra de avestruz desgarró el sueño, la anciana creencia, esa historia fantástica, esa canción de antaño que en sus versos predica la existencia de la perfección, de la invulnerabilidad en la condición humana. Falacia más grande que esta, jamás ha sido dicha o expresada en los 8.000 años de historia humana registrada. El ser humano es sucio, débil, vulnerable, triste; su mismísima existencia es una carga para el mundo y para todas las formas de vida que en el residen; es un mártir por naturaleza y un mentiroso por excelencia; aunque es posible que, en todo su salvajismo, en todo su primitivismo, tanto emocional como filosófico y social, yazga su belleza, en medio de toda esta confusión, de todo este caos, de este derrumbe del orden establecido, quizá aquí viva y respire ese aliento esperanzador, tal vez, cada esfuerzo por alcanzar la perfección, falle, pues, no es  nuestro deber alcanzar la perfección, quizá debamos abrazar, aceptar, sucumbir, ante nuestra maravillosa, humilde y honrada imperfección. Hemos afirmado, a sabiendas de lo contrario, que somos perfectos y, cuando decimos lo opuesto, que no lo somos, esperamos como recompensa, serlo y ser reconocidos por todos como el único espécimen perfecto que jamás haya sido creado.
La perfección es imposible de alcanzar, al menos para el ser humano, pues, las cosas perfectas, como la vida y la muerte, duran para siempre; el ser humano, en cambio, no. Es mortal, el hombre sólo experimenta dichas fuerzas.

THE ANSWER TO LIFE'S MUCH EASIER THAN U THINK SON!!

Only through yer own eyes can you really start to see mate. Society's not the way, and if it is, it's the wrong one. It's whole concept's based on the assumption that we're all alike, when we're not, we're different, and it's whithing that difference that exists our humanity. So fuck the white collars and the legislatures, the law-makers and the lawyers, the politicians and the lobbiests, the judges and the criminals, the cops and the felons, hang them all, and let them all burn slowly in the pire. Burn the flags and constitutions from every country in the world, disband the nations and bring down the boarders and limits. Burn the wallstreet-behaving bastards along with all the bankers and all the other money-mungering whores who fuck people up for a living. Burn the labels you have on God, abandon the believe that those narrow and hard to walk fucking paths, those box size jails, that all the various religions are, are the only ways to peace and love, 'cuz they really lead only to one place, destruction. And those two things everyone's always yappin' on about, exist withing ourselves, they reside only in our souls, they cannot be found out there in the world. That's why some people are miserable in one particular place and others are happy in the same fucking place. Happiness and peace, we choose to show them or hide them, in the end it's up to you, you wanna be happy? Burn the "social" version of "you", exorcise it if you will, only then will you trully come to know who the fuck you are, what you're fucking made of. See life through your own eyes, not through someone else's. Be yourself, let things be, stop trying to be perfect, and be free, only then will you trully be happy and at peace... CHEERS!