Todos moriremos, un lunes o un viernes,
A la noche o a la mañana en un hálito de calma,
Mientras ese, oh!, eterno sueño sobre nosotros se cierne,
Sí, amigo con congoja en mi corazón, más con alada paz en mi alma,
Hoy te digo, que sí moriremos,
Ahora pues, el turno es tuyo, también el tiempo,
Antes de que reposando, bajo tierra yazcas,
Y tu rostro ya no más sea acariciado por el viento,
Antes de que no seas más que un puñado de ascuas,
Hoy te digo, que sí moriremos,
En vida, ni sabio ni cauto jamás fui,
Más siempre tosco y terco, como la robusta roca,
Las mismas vueltas que da la vida, yo también las di,
Ahora sólo queda el recuerdo de las últimas palabras que salieron de mi boca,
Hoy te digo, que sí moriremos,
Se consiguen acá millares de pesados y penosos corazones,
Dicen: "Regresaremos e historias, dignas de canciones, escribiremos",
Y si en tu mente por éstas, aquéllas u otras razones,
Te escuchas decir: "Mañana, mañana viviremos",
Hoy te digo que: "Mañana, mañana moriremos".